No cabe duda de que los entrenadores son el fiel reflejo de sus jugadores. Lo que vemos a simple vista suele ser fruto de algo más complicado. Tras las jugadas de equipos como el Fútbol Club Barcelona o el Real Madrid no hay solo duros entrenamientos, sino una forma de jugar característica y, consecuentemente, una forma de mostrarse ante los medios.
La presión mediática que soportan a diario Josep Guardiola o José Mourinho no es moco de pavo. Ambos poseen una trayectoria envidiable que les ha otorgado varios títulos de renombre. Sin ir más lejos, Mourinho ganaba en 2005 el título al mejor entrenador de fútbol del mundo, mientras que Guardiola lo hacía en 2009. Sin embargo, los inicios fueron totalmente diferentes para ambos.
El papel de entrenador no es algo nuevo para Mourinho. Su andadura comenzó como entrenador escolar, hasta que lo dejó y ejerció de segundo entrenador junto a Bobby Robson en el FCB durante la década de los 90. Fue testigo de la consecución de la Copa de España, la Supercopa y la Recopa de Europa. En 1999 conoce a Guardiola. En ese momento, Mourinho decide volver a su país natal, Portugal. Allí comienza como entrenador del Benfica de Lisboa. Posteriormente, ficha por el Uñião de Leiria hasta que, en 2002, es descubierto por el FC Porto. Es en este equipo donde consigue logros como la Liga de 2003, la Copa Portuguesa, la UEFA y la Champions League en 2004. Es en este año cuando entra al Chelsea y coloca al equipo en lo más alto, logrando varias veces la Carling Cup, la Liga Premier. Tras esta etapa apoteósica, Mou entra al Inter de Milán donde consigue la Copa y Supercopa de Italia y la tercera Champions League del Inter. No es hasta 2010 que entra como entrenador del Real Madrid, donde solo ha logrado la Copa del Rey y una victoria frente al Barça.
Pep Guardiola no comenzó como entrenador, sino como jugador. Se estrenó en el Gimnastic de Manresa, hasta que logró entrar en el Barça. Jugó durante la década de los noventa y llegó a ser capitán del equipo. Guardiola vivió en primera persona logros como la primera Copa de Europa del FCB o la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona. Sin embargo, sufrió una serie de lesiones que le impidieron acudir a los mundiales de esos años. Posteriormente, fichó por el Brescia y, años después, jugó en Catar. Anunció su deseo de retirarse del fútbol, pero jugó por última vez en el Dorados de Sinaloa. Finalmente, se proclama entrenador en 2006 y no es hasta 2008 cuando se convierte en el entrenador del Fútbol Club Barcelona. A partir de este momento, ha sido testigo directo y responsable de todos los títulos logrados por el club: La Copa del Rey, la Liga, la UEFA, la Supercopa de España y de Europa y el Mundial de Clubes. Es por ello que miembros de la afición barcelonista lo han apodado el "Rey de Copas".

Actualmente, ambos forman parte de la esfera de rivalidad existente entre el Fútbol Club Barcelona y el Real Madrid. La etapa más polémica para ambos fue cuando se disputaron varios clásicos seguidos entre los dos equipos. La tensión era tal en el campo, que quedaba reflejada en las declaraciones posteriores en las ruedas de prensa. José Mourinho es conocido por atacar a Guardiola en cuestiones de jugada y por criticar las actuaciones de sus jugadores en los partidos. Pep es considerado un falso "santo", pues no sigue el mismo camino que Mourinho, al contrario, defiende y justifica sus ataques verbales. Es por esto que ambos han sido criticados.
A Mou se le ha calificado como un prepotente por las acusaciones al arbitraje y maneras de desestimar al equipo azulgrana y a su entrenador. Se le ha criticado últimamente porque actúa como el "one player", una estrategia por la cual se convierte en la figura que representa al equipo, en este caso, el Real Madrid. Es decir, que de algún modo las acciones de Mou repercuten en la imagen que la sociedad en general tiene del equipo. De modo que su actitud altanera perjudicaría al Madrid por las quejas constantes de su entrenador.
Guardiola es aclamado por la afición española, en general, por su actitud elegante y madura frente a situaciones de tensión. Pero este supuesto afán de perfección ha provocado que algún periodista lo haya apodado en alguna ocasión como el "meador de colonia" por sus presuntos aires de superioridad. Asimismo, se le considera un falso por eso de defender la actitud de Mourinho y no atacarlo.
Nos hallamos pues, ante dos figuras de especial relevancia para el fútbol español, cuyas acciones inciden directamente en la opinión publica y han de ser observadas y tratar de llevarlas al campo de la objetividad y el buen hacer.
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